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dm-medioambiente-2019

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Los servicios acreditados ofrecen las máximas garantías para la calidad del aire y para la lucha contra el cambio climático

Nueve de cada diez personas de todo el mundo respiran aire contaminado, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Con estos datos, Naciones Unidas quiere, en el Día Mundial del Medioambiente, instar a los gobiernos, la industria y los ciudadanos a sumar esfuerzos para explorar soluciones a este problema bajo el lema “Unidos por un planeta sin contaminación del aire”.

En este ámbito, las entidades de evaluación acreditadas por ENAC desempeñan una labor esencial: aportar las máximas garantías en la vigilancia y control de la calidad del aire, ya que estos evaluadores son los únicos que han demostrado ser competentes para realizar labores tan críticas como la medida de contaminantes, óxidos de nitrógeno, partículas en suspensión, óxidos de azufre o dióxido de carbono, presentes en el aire o que son emitidos a la atmósfera por instalaciones potencialmente contaminadoras, la verificación de las declaraciones de emisiones de gases de efecto invernadero, la inspección de la calidad en ambientes interiores contemplada en el Reglamento Técnico de la Edificación o el control del Radón en el aire de las viviendas y en el entorno de los puestos de trabajo.

La acreditación de ENAC implica que estas entidades encargadas de velar por la protección del aire, tras un riguroso proceso de evaluación conforme a normas internacionales en el que participan auditores expertos en la vigilancia y el control de la calidad del aire, han demostrado que son técnicamente competentes, garantizando con ello la fiabilidad de los resultados que emiten.

 

Apoyo a la regulación medioambiental

La protección y control ambiental es una cuestión de gran importancia para administraciones regionales, nacionales y europeas, por lo que contar con un servicio de demostrada competencia técnica se convierte cada vez más en una exigencia para diferentes órganos administrativos que están incluyendo en sus disposiciones el requisito de la acreditación para alcanzar los objetivos de sus políticas públicas.

Así, en España, la práctica totalidad de los gobiernos autonómicos exigen que el control de las emisiones a la atmósfera y la vigilancia de la calidad del aire ambiente sean realizados por entidades acreditadas por ENAC.

A nivel europeo, la Comisión Europea lleva años apostando de forma manifiesta por la acreditación de los verificadores, estableciendo reglamentariamente que solo los verificadores acreditados por un organismo nacional de acreditación puedan operar tanto en el Programa Europeo de Comercio de Derechos de Emisión como en las Verificaciones de Planes de Seguimiento e Informes de emisión de dióxido de carbono generadas por el transporte marítimo.

Otro ejemplo de la confianza de las autoridades a escala internacional en la acreditación se encuentra en el seno del Plan de Compensación y Reducción de Carbono para la Aviación Internacional (CORSIA) de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), en virtud del cual a partir del año 2019 se exige a todos los estados miembros firmantes del compromiso cuyos operadores aéreos efectúen vuelos internacionales que midan, revisen y verifiquen (MRV) las emisiones de CO2 de esos vuelos. Entre sus medidas, se exige la verificación acreditada de las emisiones reportadas anualmente y de las medidas de compensación adoptadas por los operadores aéreos, con el objetivo de ofrecer una información fiable y comparable de las declaraciones de operadores aéreos de más de 70 países de todo el mundo.