Itansa Certificaciones, primera entidad acreditada para la certificación de instaladores de instalaciones frigoríficas
Itansa Certificaciones se ha convertido en la primera entidad acreditada por ENAC para certificar el novedoso perfil profesional de instalador certificado en instalaciones frigoríficas (CIF), según los requisitos de la norma internacional UNE-EN ISO/IEC 17024 de certificación de personas.
La certificación de personas acreditada es una de las vías admitidas para evidenciar el cumplimiento de los requisitos de competencia del instalador establecidos en el Reglamento de seguridad para instalaciones frigoríficas, y, en concreto, en su instrucción técnica complementaria IF-19 Profesional Frigorista: Competencias básicas a certificar por las entidades acreditadas para la certificación de personas.
Con este reconocimiento, son ya cinco los ámbitos de la reglamentación en seguridad industrial en los que la certificación de personas acreditada se consolida como una herramienta para los ámbitos de desarrollo y cumplimiento de las administraciones públicas, a través de la cual estas se aseguran de que determinadas actuaciones como instalación, reparación, verificación, mantenimiento, etc. sean llevadas a cabo, únicamente, por personas que hayan evidenciado a un tercero -el certificador acreditado- que poseen los conocimientos, habilidades y destrezas necesarias para el desarrollo de sus funciones y tareas.
La certificación de personas acreditada, una herramienta al servicio del mercado laboral
La certificación de personas es una herramienta cada vez más utilizada para aportar confianza al mercado, las autoridades o los empleadores sobre la competencia de determinadas personas para ejecutar ciertas actividades. Esta confianza se logra por medio de un proceso, aceptado globalmente, de evaluación y reevaluaciones periódicas de la competencia de las personas certificadas descrito en la norma internacional UNE-EN ISO/IEC 17024.
El desarrollo de esquemas de certificación de personas se convierte, así, en un medio eficaz para dar respuesta a la aparición de nuevos nichos laborales que requieren de competencias específicas no resueltas por la formación reglada tradicional. Es también una herramienta comprobada para dotar a los mercados de servicios profesionales de una información más transparente y simétrica permitiendo de este modo a los clientes de estos profesionales una elección más informada y basada en la competencia lo que aumenta la transparencia y competitividad de estos mercados. Es, además, una herramienta de autorregulación de profesiones no reguladas ya que aumenta el nivel de exigencia dificultando el “intrusismo” y el fraude.