Tanto la fase de diseño como los procesos de producción tienen un impacto sobre la obtención, la utilización de los recursos y la generación de residuos: pueden hacer que los productos sean más duraderos o más fáciles de reparar, actualizar o reelaborar; pueden ayudar a los recicladores a recuperar componentes y materiales; y, en general, pueden ayudar a ahorrar recursos.

Asimismo, las materias primas primarias, incluidos los materiales renovables, la mejora de la eficiencia energética, o el control del impacto ambiental de las empresas desempeñan un papel importante para que los procesos de producción avancen hacia una economía circular.

En este sentido, los servicios acreditados favorecen el control efectivo de los procesos de ecodiseño y producción para garantizar la sostenibilidad de los productos, al tiempo que intervienen en la gestión eficaz de la energía y la reducción del impacto ambiental de las empresas.

Las decisiones de millones de consumidores pueden repercutir a favor o en detrimento de la economía circular. Dichas decisiones están determinadas en muchas ocasiones por la información a la que tienen acceso los consumidores, la variedad y los precios de los productos existentes y el marco normativo. Esta fase también es crucial para prevenir y reducir la generación de residuos domésticos.

Para poder contribuir hacia una economía circular, los consumidores deben contar con información transparente y veraz para tomar decisiones de compra y, para ello, se deben disponer de herramientas que lo faciliten, tales como ecoetiquetas, declaraciones de huella de carbono, declaraciones ambientales de producto o sobre el Análisis de Ciclo de Vida (ACV), etc.

Los servicios acreditados aportan confianza en los certificados e informes sobre sostenibilidad, impacto medioambiental, eficiencia energética, favorecen el acceso a contrataciones públicas ecológicas, aportan seguridad en los productos reparados o reacondicionados con objeto de alargar su vida útil y su reutilización para otros fines y aportan garantías de competencia de los profesionales de mantenimiento, control y reparación, entre otros.

La gestión de residuos desempeña un papel crucial en la economía circular dado que determina la manera en que se pone en práctica la jerarquía de los residuos, la cual establece un orden de prioridad desde la prevención, la preparación para la reutilización, el reciclado y la recuperación de energía hasta la eliminación, como es el caso del depósito en vertederos.

Los servicios acreditados garantizan información fiable sobre las características de los materiales a recuperar y recuperados; aportan seguridad y eficiencia de las instalaciones de tratamiento de residuos y garantías en el control de calidad en los procesos de recogida y reciclaje; y favorecen la gestión sostenible del ciclo hidrológico.