El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo incorpora la certificación de personas acreditada para aportar garantías sobre las competencias profesionales en seguridad industrial
El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ha publicado recientemente el Real Decreto 298/2021, de 27 de abril, cuyo objetivo es actualizar la normativa de seguridad industrial en España en lo relativo a las competencias de los profesionales de este sector, de tal forma que los requisitos que permitan a un profesional acceder al ejercicio de su actividad se ajusten a criterios de no discriminación, justificación, proporcionalidad, claridad, objetividad, publicidad, transparencia y accesibilidad.
En este sentido, el real decreto establece que los profesionales de diferentes perfiles relacionados con la seguridad industrial pueden recurrir, entre otras alternativas, a la certificación de personas acreditada por ENAC para demostrar su competencia para realizar las actividades requeridas en sus puestos de trabajo. En particular el real decreto armoniza la manera de hacer referencia a la certificación acreditada en los perfiles en los que esta opción ya estaba presente como son:
- Instalador en baja tensión
- Instaladores de líneas y de instalaciones de alta tensión
- Operador de grúa torre y de grúa móvil autopropulsada
- Instalador o reparador de productos petrolíferos líquidos (PPL)
- Instalador de instalaciones de combustibles gaseosos
- Conservador de ascensores
- Instalador y mantenedor de equipos y sistemas de protección contra incendios
Asimismo, el texto introduce por primera vez la certificación acreditada como vía de acceso al reconocimiento, en los campos de alta tensión (líneas e instalaciones), baja tensión y aparatos elevadores (tanto grúas como ascensores).
Herramienta al servicio del mercado laboral y de la Administración Pública
Este real decreto demuestra, una vez más, la confianza depositada por las Administraciones Públicas en la certificación de personas acreditada, una herramienta que les permite asegurarse de que determinadas actividades como instalación, reparación, conservación o mantenimiento se lleven a cabo por profesionales que hayan evidenciado ante un tercero –el certificador acreditado- que disponen de los conocimientos, habilidades y destrezas necesarias para el desarrollo de sus funciones y tareas.
La certificación de personas acreditada es una herramienta reconocida a escala internacional que permite a los profesionales demostrar que disponen de los conocimientos, habilidades y aptitudes necesarias para ejercer su actividad laboral, al haber sido evaluados por una entidad independiente y con competencia técnica, mediante un proceso de evaluación aceptado en más de 100 países y descrito en la norma UNE EN-ISO/IEC 17024. Así, contar con una certificación acreditada aporta una ventaja competitiva a los profesionales y el valor añadido de la entidad acreditada al haber demostrado su competencia técnica.
El mercado laboral también puede beneficiarse del uso de la certificación de personas acreditada, puesto que da respuesta a la aparición de nuevos nichos laborales con competencias que no suelen tener cabida en la formación tradicional. Gracias a esta herramienta, los clientes disponen de información más transparente y simétrica sobre las competencias de las posibles nuevas incorporaciones de su empresa o de sus posibles nuevos proveedores, lo que genera mercados más competitivos. Facilita, además, la autorregulación de profesiones no reguladas, al aumentar el nivel de exigencia y dificultar el “intrusismo” y el fraude.
La certificación de personas acreditada contribuye, asimismo, a aumentar la productividad de las actividades profesionales estableciendo requisitos de acceso basados en criterios no discriminatorios, proporcionales y objetivos, siendo esta una de las principales metas del Objetivo 8 de los ODS de Naciones Unidas sobre crecimiento económico inclusivo y sostenible apoyado en el impulso del empleo decente y justo.
Asimismo, la certificación de personas acreditada en el ámbito de la seguridad industrial ayuda a la consecución del Objetivo 9 de los ODS de Naciones Unidas sobre industria, innovación e infraestructuras, al colaborar en la contribución de la industria al empleo y al producto interno bruto y a desarrollar infraestructuras fiables, sostenibles, resilientes y de calidad.