Servicios acreditados en el control de la contaminación acústica
La mayoría de nosotros vivimos rodeados de sonidos que nos acompañan en nuestro día a día. Cuando esos sonidos se vuelen molestos y afectan a nuestra salud, lo llamamos ruido, y hablamos de contaminación acústica.
El concepto de ruido es subjetivo. Un leve zumbido en el silencio de la noche podemos percibirlo como un ruido molesto, pero la música de ambiente mientras charlamos con amigos en un restaurante, quizás no la consideremos como tal. Por lo tanto, no es suficiente con referirse a una medida del nivel de ruido, es necesario determinar una serie de aspectos ambientales, técnicos y legales para poder valorar la contaminación acústica que produce ese ruido. Es necesario caracterizar el ruido.
La diferencia no es meramente semántica. Caracterizar un ruido supone un alto nivel de conocimiento, cualificación y experiencia en quién lo determina, ya que no se limita a una simple medida con un sonómetro.
El personal técnico que caracteriza el ruido debe conocer en detalle la amplísima y variada legislación y la casuística que esta conlleva en cuanto a metodología, selección de índices acústicos y criterios legales, entre otros aspectos. Además, debe tener destreza en el manejo de los equipos y un buen criterio técnico que garantice que las medidas sean representativas del ruido que busca caracterizar. En definitiva, debe ser técnicamente competente.
Una evaluación objetiva e independiente de la competencia técnica de las empresas dedicadas al control del ruido es crucial para garantizar la fiabilidad del resultado al cliente final y a la Administración.
La Entidad Nacional de Acreditación (ENAC) es, hoy por hoy, la referencia de la Administración autonómica y municipal, para garantizar, de forma independiente e imparcial, que una empresa en el ámbito de acústica dispone de la competencia técnica necesaria.
En la actualidad, más de 82 empresas en el campo de la acústica se encuentran acreditadas por ENAC, como laboratorios de ensayo in situ, y con presencia en las 17 Comunidades Autónomas. La mayoría de estos laboratorios, y en base a su acreditación, están autorizados como Empresas Colaboradoras de la Administración, e inscritas en un registro público y accesible al usuario de estos servicios de control de la contaminación acústica.
Los laboratorios de acústica acreditados cubren un amplio rango de servicios: licencias de actividad, licencias de primera ocupación, autorizaciones administrativas, denuncias por ruido, figura dirimente en conflictos entre actividad y vecinos, aislamiento acústico de viviendas y locales, etc.
En la mayoría de los casos y en última instancia, el receptor del informe es la Administración municipal, el Ayuntamiento de la localidad. En base al juicio técnico del informe emitido por un laboratorio de acústica, el Ayuntamiento tomará las decisiones que considere oportunas, como puede ser conceder una licencia, una autorización, regular en consecuencia o sancionar una actividad. Por eso es fundamental que la competencia técnica de ese laboratorio haya sido probada y demostrada y aporte suficientes garantías a la autoridad municipal para obrar en consecuencia.
ENAC es la entidad que proporciona esa confianza que el Ayuntamiento demanda. La acreditación que ENAC otorga a un laboratorio de acústica implica que esa empresa dispone de la competencia y de la capacidad técnica, necesaria y suficiente, para realizar los ensayos acústicos presentes en su alcance acreditado.
Finalmente, destacar que la buena aceptación de las partes interesadas, y el reconocimiento del valor de la acreditación entre los profesionales del sector de la acústica, refrendan la acreditación de ENAC y refuerzan la confianza que los Ayuntamientos depositan en las empresas acreditadas.